Transparencia Venezuela, 16 de julio de 2020. En ejercicio de los principios de transparencia y rendición de cuentas previstos en la Constitución Nacional, más de 40 organizaciones de la sociedad civil del estado Yaracuy que forman parte de la Coalición Anticorrupción solicitaron a las autoridades encargadas de la Comandancia General de la Policía regional información veraz y oportuna sobre la situación de los privados de libertad que se encuentran en ese recinto.
Yamilette Sanguino, coordinadora de Transparencia Venezuela en la entidad, señaló que la petición obedece a las múltiples denuncias que han circulado en medios regionales y redes sociales, que dan cuenta del hacinamiento, contaminación y el presunto brote de tuberculosis en dicho centro de detención.
“Representantes de la sociedad civil, preocupados por la situación que afecta tanto a los internos como a las comunidades adyacentes, activaron también una campaña en redes sociales (tuitazo) en respaldo a las interrogantes planteadas en el documento dirigido al gobernador de Yaracuy, el comandante de la policía regional y la Defensoría del Pueblo, con la finalidad de obtener una versión oficial sobre la situación de salud de las personas recluidas en ese espacio”, señaló Sanguino.
Destacó que la misiva indaga sobre el número exacto de reclusos que se encuentran en la sede policial y de ellos cuántos están en condición de procesados y cuántos como penados. También piden cifras sobre los casos de tuberculosis y en qué consiste el protocolo sanitario que aplican para aislar a los reclusos enfermos de los sanos.
De igual modo, preguntan si los familiares de los privados a libertad tienen acceso a verlos y si se repeta su derecho a tener información confiable sobre el estado de salud de sus parientes detenidos. Además, exigen conocer las medidas sanitarias que aplican en las instalaciones de la comandancia general de la Policía del estado Yaracuy para erradicar el foco de tuberculosis y evitar que habitantes de la zona se contagien.
“Lamentablemente, en lugar de ser espacios para la transformación y reinserción de los ciudadanos a la sociedad, el hacinamiento y el retardo procesal han convertido los calabozos en terreno fértil para el brote de enfermedades que ya se encontraban erradicadas”, agregó Sanguino.