La democracia y la calidad del sistema político y de representación están indisolublemente ligados a procesos electorales transparentes y confiables en todas sus fases, que garanticen el respeto a la voluntad de los ciudadanos en cuanto a la elección de sus gobernantes; claridad sobre el financiamiento de los partidos y las campañas electorales, hojas de vida y trayectorias de candidatos, registros de proveedores, mecanismos eficientes de auditoría y control previo y posterior, así como la promulgación de normas que favorezcan la integridad del sistema elección y la incorporación de compromisos anticorrupción a la oferta electoral.
Iniciativas asociadas a este mandato: