Es necesaria la acción decidida, con respaldo internacional, que frene el impacto del desplazamiento forzoso de miles de ciudadanos, obligados a abandonar Venezuela a raíz de la crisis humanitaria compleja que tiene raíces fuertes en la corrupción. En otras naciones, los venezolanos indocumentados son víctimas fáciles del crimen organizado, que los considera “desechables” o los usan para el comercio sexual o trata de personas.