Venezuela conmemora el Día Mundial de la Salud en medio de una pandemia global y de una crisis humanitaria compleja provocada por la gran corrupción que mantiene a la red asistencial nacional en ruinas y sin equipamiento para atender la crisis
Transparencia Venezuela, 7 de abril de 2020. Venezuela es el único país de Suramérica cuyo sistema de salud pública está por debajo de una cama de hospital por cada 1.000 habitantes. El último dato que aportó el Gobierno nacional a la Organización Mundial de la Salud (OMS) es de 2014: 0,8 camas por millar de venezolanos. Una estadística tan vital para el bienestar y la seguridad sanitaria del país ha venido desmejorando progresivamente: de 2,7 unidades en 1986 pasamos a 1,47 en 1996.
La más alta tasa de los últimos 20 años fue de 1,3 camas por mil habitantes, y corresponde a 2007, según los datos de la OMS y del Banco Mundial. Pero el ministro de Información y Cultura, Jorge Rodríguez, sostiene que el número oficial de camas de todo el sistema de salud es de 23.762, por lo que cada una estaría disponible para aproximadamente 1.200 de los venezolanos que quedan en el territorio nacional.
Los colegios de médicos han denunciado que los datos del gobierno de Nicolás Maduro son exagerados. La Federación Médica Venezolana asegura que no están disponibles más de 70 camas de terapia intensiva en todo el país, mientras la Sociedad de Medicina Crítica afirma que solo hay 80.
El riesgo de contagio y enfermedades severas por causa del Covid-19 ha elevado la preocupación del personal de salud. En Zulia, tres profesionales que laboran en los hospitales más grandes del estado revelaron, de forma confidencial, una seria vulnerabilidad del sistema sanitario regional. Con cuatro casos confirmados hasta el 6 de abril, y una muerte admitida por las autoridades, Zulia está entre los estados con mayor impacto del nuevo coronavirus en el occidente venezolano.
Sin embargo, los informantes indican que el fin de semana del 4 y 5 de abril solo se disponía de un total de 10 cupos para terapia intensiva de adultos y 2 para niños. El Hospital Universitario de Maracaibo, único centro de salud local designado como centinela en la emergencia nacional por la pandemia, cuenta con 16 camas en la UCI de adultos, pero la mitad está inhabilitada debido a “equipos dañados y falta de ventiladores médicos y de personal”, según las fuentes. Las otras dos camas disponibles están en el Hospital General de Cabimas, en la costa oriental del lago de Maracaibo.
Inventario en rojo
Aunque ninguna autoridad lo ha reconocido, los otros siete hospitales mayores de la región carecen de condiciones mínimas para contribuir con la estrategia nacional de contención del COVID-19 debido a que sus salas de terapia intensiva están inoperantes.
“En el Hospital Chiquinquirá no hay ni un solo cupo porque la UCI está cerrada”, sostiene un miembro del personal que solicitó no ser identificado. Lo mismo ocurre en el Hospital Central Dr. Urquinaona, en el centro de Maracaibo.
El deterioro del servicio eléctrico ha debilitado severamente la capacidad instalada de muchos institutos públicos de salud en la región. “Las áreas más afectadas por los bajones y apagones son precisamente las de terapia intensiva”, asegura un médico zuliano en condición de anonimato. “El único hospital con planta eléctrica es el Universitario de Maracaibo”.
“La sala de terapia intensiva del Hospital Dr. Adolfo Pons, del Seguro Social, era la más nueva y ya no está funcionando”, agregó el galeno, quien además expuso otra de las carencias en las UCI: “Una enfermera, por norma, debe atender a un solo paciente, pero las pocas que no se han ido del país están atendiendo a tres o cuatro a la vez”.
El personal auxiliar de los hospitales también enfrenta unas condiciones inapropiadas de bioseguridad. “Gracias a Dios en el General del Sur no hemos recibido ningún caso sospechoso de COVID-19, porque no contamos con protección para abordar a los contagiados”, comentó una enfermera. En la UCI de este hospital, ubicado en el municipio San Francisco, donde no hay actualmente cupos para nuevos pacientes, tampoco disponen de suficientes mascarillas, batas y guantes para tratarlos.
Sobe el inventario de camas de terapia intensiva en las clínicas privadas, las fuentes consultadas coinciden en que la mayoría tiene entre tres y cuatro cupos. Dos de las más grandes, la clínica Falcón y la Amado, tienen 10 camas de UCI cada una. En total, los 3 millones de habitantes del estado Zulia cuentan con no más de 50 unidades para la hospitalización de adultos contagiados por el Covid-19.
{pdf=/images/informes/Peticion_de_Informacion_2020_Coalicion_Zulia.pdf|100%|600|native}