El abogado constitucionalista considera que la única manera para resolver la crisis venezolana es a través de la expresión popular, por lo que hizo un llamado a la sociedad civil a impulsar a los líderes políticos y a la Fuerza Armada a propiciar un acuerdo que permita ir a elecciones libres y auténticas
Coalición Anticorrupción, 19 de noviembre de 2020. Para el abogado Juan Manuel Raffalli, Venezuela avanza indefectiblemente hacia un acuerdo que terminará en un pacto político integral que permitirá relegitimar los poderes públicos. No obstante, considera que el gran obstáculo para lograr este objetivo en las distintas mesas de diálogo que se han establecido con mediación de otros países, ha sido que el gobierno de Nicolás Maduro nunca ha mostrado una verdadera intención de negociar. “El gobierno siempre ha visto la mesa de negociación no como una solución, sino como instrumento para preservar el poder a través de mecanismos de distracción y de dilación”, dijo el también exparlamentario suplente al periodista Pedro Pablo Peñaloza durante la reciente emisión del espacio Para dónde vamos.
El experto en Derecho Constitucional estima que la única manera para resolver la crisis venezolana es a través de la expresión popular. “Invito al pueblo a que nos reunamos y que empujemos hacia un acuerdo nacional, que obliguemos a ese liderazgo, tanto a quienes se denominan de oposición como del régimen, a que asuman una posición real de querer negociar un acuerdo para que haya elecciones y el pueblo se exprese, que es lo que nosotros y la comunidad internacional quiere, y es lo que el país está pidiendo ardorosamente”, manifestó.
Sobre el rol de la Constitución y de las elecciones en el escenario actual, Raffalli comentó que en los países gozan de normalidad en el funcionamiento de sus instituciones y sus poderes públicos la Constitución “no se desparrama”, sino que el país marcha normalmente y la Carta Magna funciona como un árbitro. “La Constitucionalidad es un bloque conformado por la Constitución, sus enmiendas, las decisiones del TSJ (Tribunal Supremo de Justicia) -en el entendido de que sean legítimas- y por los acuerdos y tratados internacionales que tienen plena aplicabilidad y rango constitucional. Entonces, es natural que en un país así todo el mundo hable de la Constitución. Lo mismo pasa con las elecciones. En un país donde las elecciones son auténticas causan el verdadero efecto que ellas persiguen, que es legitimar el ejercicio de la función pública, y unos ciudadanos van a gobernar y otros a ser oposición, pero en un ambiente de normalidad”, acotó.
Negociación, elecciones y consulta popular
Si bien Raffalli piensa hay que sustituir al Parlamento nacional por expiración del quinquenio, afirma que el hecho de que buena parte de las fuerzas políticas estén en desacuerdo con las elecciones del 6 de diciembre indica que lo que se está convocando no está bien y carece de legitimidad. “El enorme problema es que los actores políticos no están de acuerdo con lo que pasa. Eso debería ser sensatamente asumido por el árbitro electoral y sentar a todos en una mesa para establecer las reglas del juego. La sociedad crea el sistema electoral para que todas las partes puedan ejercer su derecho a la participación política. Cuando hay alguien que se siente excluido, maltratado por esas condiciones, cuando las condiciones son abusivas o se apartan del texto constitucional, hay un problema de base en la convocatoria y ejecutoria”.
Añadió que cuando se dice que no a todas las condiciones solicitadas y, además, el árbitro electoral está compuesto clara y evidentemente para privilegiar a uno de los sectores en contienda, esta elección no cumple con los estándares internacionales y entonces el proceso es desconocido dentro y fuera del país.
Raffalli, quien ha tenido la oportunidad de participar desde 2002 en todos los procesos de negociación, en algunos de forma directa, en otros en el rol de asesor, afirmó que el posible éxito de estos acercamientos es que deben tener como propósito lograr condiciones electorales aceptables y de allí la falta de disposición del gobierno a alcanzar un acuerdo. “Cuando se llega al llegadero, el gobierno le da patada a la mesa, tira el bolígrafo o pretende obligar que se firme lo que ellos dicen. Soy un hombre de vocación electoral, toda mi vida he votado y defiendo al voto a capa y espada. Creo que un proceso de negociación política hay necesariamente que establecer mecanismos de condiciones electorales. En las últimas conversaciones que hubo en Dominicana, y sobre todo en Oslo y Barbados, la oposición fue reduciendo al mínimo lo que podía para potabilizar el proceso electoral y ni aun así no se logró. A partir de 2015 el gobierno decidió que no hará más elecciones en donde tengan posibilidad de perder. Por eso vemos el evento que se aproxima el 6-D y por eso hicieron una Asamblea Constituyente a la medida, que al final no es una Constituyente porque no está haciendo una Constitución, sino usurpando al parlamento nacional”, comentó.
Para el experto, el sentido de la negociación de lograr condiciones mínimas aceptables puede significar para el régimen perder el poder, entonces, afirma, la clave está en bajar los costos de salida. “¿Cómo bajar los costos de salida para la eventualidad muy probable, casi certeza, de que en una elección limpia el pueblo salga masivamente a votar en contra de este régimen? Es decirles qué va a pasar con ustedes, con sus bienes, con sus familias; qué va a pasar con el tema de su permanencia política en el país, qué va a pasar con el tema de la justicia transicional y qué va a pasar con las sanciones individuales. Todos esos son elementos que tienen que entrar en una negociación, pero tiene que haber voluntad de parte y parte”, expresó Raffalli.
Con respecto a la consulta popular planteada por la oposición, señaló que, en términos generales, es un mecanismo que está previsto en el artículo 70 la Constitución. “La opción que tiene la oposición es validar cualquier decisión que asuma a partir del espaldarazo que dé la gente. ¿Cómo se exterioriza la expresión de la gente si el CNE y la Sala Constitucional del TSJ están ahí para impedirlo? Tienes que recurrir a estos mecanismos de movilización política, pero con un efecto declarativo. Yo creo que la AN actual va a invocar eso. Todo eso deberá definirse para el 5 de enero de 2021. Creo que la opción que les queda es ir a ese principio de continuidad institucional y que se mantengan los diputados y se nombre un nuevo presidente y una nueva directiva. Es establecer un órgano legislativo a partir del estatuto de transición que fue promulgado en febrero de 2019. Eso tendría que explicarse muy bien, pues se encuadraría en el marco del art 333 de la CN como fórmula para restablecer el orden institucional. El reto es hacer esto de la forma más sólida, más consistente y que respete el principio general de democracia participativa y allí cobra sentido la consulta”.
Clamor nacional
Juan Manuel Raffalli reiteró que si se quiere una solución a la crisis habrá que sentarse nuevamente a negociar. En tal sentido, destacó el rol que deben jugar la sociedad civil y las Fuerzas Armadas. “La actitud responsable de la FAN, de acuerdo con la Constitución y la Ley Orgánica de Seguridad y Defensa, es propiciar una negociación de ese tipo. La responsabilidad la tiene toda la ciudadanía, pero especialmente la FAN como un actor absolutamente indispensable en este proceso. El país entero se tiene que montar en un clamor nacional a empujar hacia una negociación, pero que sea de verdad, a decirle al gobierno que ponga las condiciones que quiera con costos de salida, pero con un cronograma sensato. Vamos a entender que la única manera que hay para resolver la crisis es a través de la expresión popular soberana, a través de unas elecciones auténticas. Aquí tiene que haber un proceso de legitimación de los poderes públicos”.
De igual modo, sostuvo que se debe trabajar en el tema del árbitro electoral. “No podemos seguir con un árbitro designado de forma irregular, por vía de omisión legislativa por el TSJ. El TSJ puede hacer todo lo que esté en sus manos para que se designe un árbitro, pero tomando en cuentas las premisas básicas de la Constitución. Tienen que participar las fuerzas políticas y la sociedad civil, pero no puede, como Poder Judicial, usurpar las funciones del Parlamento, porque se estaría acabando con la separación de los poderes públicos. En ninguna parte del mundo el árbitro electoral es recurrentemente designado por el Poder Judicial, que, además, ha sido designado en favor de quien ostenta el poder”.
Agregó que tiene que haber un árbitro capaz de privilegiar la democracia y la expresión popular, “no uno que no permite auditorías, que no haya observación internacional, que inhabilita candidatos, inhabilita tarjetas de partidos. Ese es el origen de nuestros males. Tiene que haber un árbitro confiable pata todos, que sea capaz de respetar las reglas”.
En cuanto a la Ley Antibloqueo señaló que esta debería tener un solo artículo: se convoca a elecciones, libres, auténticas y observadas internacionalmente, con un árbitro designado de acuerdo con la Constitución. “Ese día se acaban las sanciones, las confrontaciones, los exilios. La mayoría de las empresas multinacionales se han ido porque no encuentran en Venezuela seguridad jurídica y eso termina por infectar a cualquier empresa que tenga estándares internacionales de cumplimiento de las leyes y te deja en mano de capitales oscuros que vienen con miras a tener un retorno enorme en muy poco tiempo o con el propósito de pasar esos capitales con apariencia de legalidad”.
Para Raffalli esa no es la manera de enrumbar al país, sino retomando la institucionalidad y la democracia en su forma de expresión genuina que es el voto popular. “Sin un acuerdo integral que parta de una elección auténtica va a ser muy difícil que regresen capitales o empresas robustas que quieran invertir en el país, y sacar de la inversión privada el empleo formal y el país hacia adelante con una economía sustentable”.
A la pregunta de para dónde va Venezuela, Juan Manuel Raffalli reiteró que va indefectiblemente a un acuerdo que termine en un pacto político integral que relegitime el poder público y a partir de ahí resurgir y reconstruir. “Creo que tenemos el talento, los recursos y la disposición. Los demócratas, los que queremos que el país avance somos más y tenemos que seguir. Estoy seguro que vamos a convencer a todos los hermanos venezolanos que en algún momento apoyaron a lo que fue el chavismo, que son venezolanos como uno y que también quieren el bien para Venezuela, que hay que divorciarse de un liderazgo que nos lleva por un camino que no es democrático. Invito al pueblo a que nos reunamos y que empujemos hacia un acuerdo nacional y a que obliguemos a ese liderazgo, tanto a quienes se denominan de oposición como del régimen, a que asuman una posición real de querer negociar un acuerdo para que haya elecciones y el pueblo se exprese. Tengo fe en que lo vamos a lograr. Lo otro es terminar de perder el país. Eso no lo podemos permitir. Yo le hago un llamado a todas las instituciones del país, a todas las organizaciones no gubernamentales, a la FAN, al liderazgo, a que entendamos que primero está Venezuela y que no vale la pena pasar a la historia como responsables de la pérdida de un país que fue en su momento la joya de América Latina y un ejemplo de democracia y progreso”.